> > making on:

Yo sé que no parecerá creíble, pero es verdad. El próximo capítulo de Pop-pins transcurre durante las horas del intento de Golpe de Estado el 23 de febrero de 1981. Trabajo con dos listas de capítulos, pertenecientes (al menos en mi cabeza) a dos categorías distintas de puntos de vista, una más literaria, otra más histórica. Esa lista fue confeccionada al principio del Proyecto Pop-pins y, aunque es cierto que ha sufrido variaciones, eliminaciones y defecciones,  y también incorporaciones, el capítulo que transcurre mientras se está produciendo la intentona militarista (y más), que lógicamente también se convierte en parte de Pop-pins, forma  parte de ella desde el principio. Era inevitable. Pop-pins al fin y al cabo es bastante clásica. Habla de las corrientes subterráneas de la familia de Helia, su protagonista-relatora, para quien el 23f, como para muchos jóvenes de la época, constituyó un gozne vital (aunque hoy sepamos que también entonces, al parecer, nos manipularon;  de la mentira generacional que de ello deviene también se alimenta bastante Pop-pins).

Bien, lo que parecerá mentira y no lo es, es que este capítulo próximo (que se llamará «Perdidas»), está siendo escrito -aún lo estoy haciendo- en estos días, vísperas de 23f precisamente, por casualidad. Cuando decidí hace unas semanas el orden de trabajo para los próximos meses, ni siquiera fui consciente de que se acercaba un nuevo 23 de febrero anual. Buscaba más bien una situación dentro de la década de los ochenta. Y tenía pendiente narrar la muerte de Basilio, uno de los personajes-contexto que menos aparecen en Pop-pins activamente, aunque su intervención sea tan decisiva en las vidas de cuantos pululan  (en forma de personaje o de fantasma de personaje) por Pop-pins. Prometo (no juro jamás) que es así. Que la coincidencia es, en mi estado consciente, casualidad. Aunque debe ser cierto que en nuestros actos tiene mucho más que ver nuestra memoria caché, esa que en segundo plano lleva a nuestra mente a ser más nosotros mismos de lo que creemos (o nos gustaría).

En fin, oportuno o no, espero que en dos o tres días este nuevo capítulo esté con vosotros, si es que consigo zafarme de la marea de material que de nuevo he empezado a recopilar en torno al tema del 23f, el cual no cesa, aun a estas alturas, de regurgitar información vieja y nueva por allí por donde quiera que una busca, y que a ratos me provoca una lectura casi hipnótica. Cuántas más versiones aparecen sobre el 23f, más posible parece cualquiera de ellas. En eso creo que estoy de acuerdo con Cercas.