estoy un poco triste. Estoy
a punto de terminar (primera redacción) el capítulo La Barraca (medio escribo otros
entremedio y sus derivaciones) y
Manolo Ferreras todavía no me ha dado permiso para ser su amiga en Facebook;
yo lo entiendo -tiene un porrón de amigos y debe estar hasta los cataplines,
pero,
eso no disminuye mi frustración (aunque no llego al insomnio, lo cual, bueno),
pero
yo sólo quería ser agradecida. De verdad. Ya lo veréis si llegáis algún día a leer La Barraca/Pop-pins.
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