Saldo migratorio es uno de los capítulos que más me ha costado terminar. Decir esto no me conviene. Porque si, además no es bueno -todavía no puedo apreciarlo bien-, quedo francamente mal. Pero es algo que figura entre los riesgos que conlleva este invento del Proyecto Pop-pins.
Quiero decir, por una parte, que entiendo que la comunicación digital no sólo ha cambiado los canales, tiempos y retornos de la comunicación. Como ya he mantenido tantas veces, está transformando radicalmente los procesos de escritura (comunicación) en sí mismos. También su sentido. Una frase es su enunciado y otros muchos al unísono (tantos como conexiones sinápticas de cada uno de los lectores aparezcan, y más aún si cada uno de esos lectores realizan su propio proceso de complementar la información y añadir sus propios enunciados). Esto siempre ha sucedido. Pero el autor antes no podía contar con ello, porque no tenía posibilidad de calibrarlo sino muy posteriormente a su trabajo. Ya nunca volverá a ser así (excepto desastre apocalíptico global). Seguir leyendo «making on: saldo migratorio»