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Proyecto Pop-pins

Mañana, nuevo capítulo

>> making on:

Este trabajo sucede realmente «sobre la marcha». Así que, mientras escucho a lo lejos el discurrir de la Gala de los Premios Goya, estoy acabando el capítulo que mañana por la noche subirá a la web – si consigo terminar en tiempo previsto, y no pasa nada incontrolado. Su título provisional (la noche es larga aún) es «Envasados al vacío». Este capítulo se parece un poco a un Matrix pasado por Bergman. De hecho me he acordado mucho de la partida de ajedrez que juegan Antonius Block y La Muerte.

índice alfabético (que no orden de lectura) de capítulos publicados

Making on: plan Guadiana (=Vida de Hotel)

Estoy acostumbrada a escribir en plan Guadiana.

Los escaparates, los mercados, los críticos, los expertos, los analistas, los colegas, incluso los amigos y la familia no suelen tomarse muy en serio aquellos trabajos que se realizan según un plan Guadiana. Pero la vida es – para casi todos- más Guadiana que Danubio.  Aunque hagamos como que no: que sólo los Danubios deben ser considerados.

Bueno. Espero que – como Guadiana que soy- ahora toque crecida en los acuíferos y demás (hablo sólo de mis posibilidades de dedicarme a escribir unos ratos continuados). Volvemos a Pop-pins. Retomando tema: ya me gustaría a mí hablar de sexo en Internet (lo anuncié hace un mes, ya, ¿alguien lo recuerda?). Seguramente no. Bueno. Pero todos estáis ya acostumbrados a interrupciones narrativas en las series de televisión (primera temporada, segunda temporada… y no pasa nada).

Iniciamos pues temporada, como si dijéramos.

En toda obra de un autor (sea como sea la obra y sea quien fuere -bueno o malo, famoso o no, inteligente o lerdo, etc o etc- el autor) pueden rastrearse sus propios invariantes que van guadianamente apareciendo. Creo que hay en el libro Las esquinas de la Luna un poema que está en armonía vibratoria con Pop-pins, y lo copio aquí. Con ello, lo dicho, nueva temporada, dentro de unos días. Repito: ya me gustaría a mí hablar de sexo en Internet.

Mientras tanto (ay, mientras tanto – que diría Lorca):

Vida de Hotel

Si fuera una película, diría que he pasado toda la vida encerrada en esa habitación de hotel y en una sola tarde, como si hubiera sido la misma procesión de veranos e inviernos golpeando sin pausa el terco filo de los acantilados del que cuelgo.

Las campanas de San Antonio sonaban sobre el mar de la isla de Ibiza. Yo contaba las olas bajo las influencias de Sartre, de Merleau-Ponty, de Cristo, de Marx. Sin pestañear. Aún no tenía tiempo acumulado y, antes de conocer a Heráclito, el mar ya me enseñó todo lo que debía saber. Por eso, desestimé después a Hegel, por tramposo: aún no tenía mi cuerpo formas de mujer y ya te habías ido.

He caminado hacia mí misma toda la larga tarde de este verano sin final a la vista. Lo que compré en los mercadillos y en las tiendas de moda ya no lo tengo. Coqueteé con la utopía de buen grado y también amé versos y a hombres que temían los desastres y que hablaban de más, hombres que no callaban ante el mar ni ante mi cuerpo. Comí versos si no había otra cosa. Como versos.

Oigo mis propios pasos acercándose a mí por el camino que conduce desde el acantilado hasta el hotel: Starway to Heaven, starway to, star, ojála que las constelaciones no tuvieran siempre etiquetas de ron y de ginebra, que no fueran mentira ni tan viejas, que fueran una cama y tu nombre y tus manos en esa habitación de la que nunca hasta hoy había salido.

Me he instalado en el faro, por fin. Por lo que haya de suceder. Ahora cuanto pienso puedo comprarlo en Internet, vale un click. Me he acostumbrado a no tener razón. Sin pestañear. Esta tarde no acabará nunca, ni el verano, ni el nivel del mar rebosará tanto como para que no respire el acantilado ni un poco la esperanza donde balancearse.

Y todavía me pregunto cómo he podido pasar toda la tarde sin un beso en los labios.

(nota: comenzado a escribir en San Antonio, Ibiza, el verano del año en que murió el dictador Franco)

Arqueología del punto de vista

Proyecto Pop-pins ha sufrido muchas metamorfosis previas a esta su paulatina materialización. Transformaciones a priori de ser comunicado. Metamorfosis en mi cabeza, en las notas de los cuadernos (tengo anotaciones de índole diversa en cuatro cuadernos gordos de anillas, y siguen creciendo). Al Proyecto Pop-pins le ha dado tiempo -seguramente debido a la falta de tiempo, que siempre y con machaconería lamento-  a mutar bastante radicalmente en cuanto a su propósito, formato, instrumental de trabajo requerido, y algunas cosas más, seguramente.

Una de las últimas reformulaciones vino directamente motivada por el descubrimiento de la instalación Forats de Bala, llevada a cabo por el equipo de Arqueología del punto de vista a partir de la reinserción de fotografías realizadas por Agustí Centelles al estallar la Guerra Civil en Barcelona en los propios espacios urbanos actuales donde fueron tomadas en aquel pasado.

En palabras del propio equipo de Arqueología del punto de vista, “el objetivo de estas actividades es descubrir cómo la refotografía puede ayudarnos a concebir la Historia y a obtener una novedosa experiencia del lugar que nos envuelve”.

La fotografía que ahora encabeza esta web de Proyecto Pop-pins (la barricada que se organizó en la Bretxa de Sant Pau, en el Paralelo, donde los anarquistas repelieron el avance de los sublevados dentro del barrio)  es precisamente una de estas refotografías llevadas a cabo por Arqueología del punto de vista, dentro de los itinerarios “Passejant Centelles”

(http://arqueologiadelpuntdevista.com/rutaswalks/passejant-centelles

La intencionalidad de la refotografía me pareció muy próxima a la forma en que yo quería construir la narración de Pop-pins. Y también me pareció que tenía mucho que ver con las experiencias hipnopómpicas.

buen día del libro

Sin los libros Pop-pins no existiría. Yo misma no existiría sin los libros. No me interesa mucho el mercado del libro como tal. Pero sí que me interesa en cuanto que el mercado impone sus deformaciones. Yo prefiero las mías propias, como es claro. Como les sucede a muchos, por otra parte. También de esas deformaciones se nutre Pop-pins. Quería que coincidiera la incorporación de este nuevo capítulo, en torno a las desapariciones con la celebración del día de libro. Es un capítulo paradójico todo el rato. Y quería decir además que la artificial polémica entre  libro en papel y libro digital o cualquier otro formato-soporte que sustente intentos creativos (como este de Pop-pins) es interesada, demagógica y manipuladora.  Caer en ella es hacerles el juego a quienes únicamente interesa prolongar todo el tiempo posible y lo más fácilmente sus posiciones de dominio y control (esto es así, en cultura como en cualquier ámbito humano). Si tuvieran ya despejada la fórmula de cómo hacerse con el control absoluto de la edición y creación digital, estarían ya enterrando y quemando todos los libros en papel. No os quepa duda. Así que mejor pensemos en crear, imaginar y pensar y en emplear todo medio y cauce que nos permita difundir nuestro trabajo. Cada cual aquel que mejor se acomode a su querencia (expresiva, instrumental, lo que sea).

Tened un buen día del Libro. Tened un buen tiempo de creación.

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Ya voy siendo consciente de que la estructura del menú de este wordpress (al que por cierto le he cambiado usuario y contraseña ante las noticias de robo masivo de datos, bueno por si acaso) me empieza a dar problemas para manejar los índices de Proyecto Pop-pins. Pensaba en ello, mientras iba subiendo los enlaces hace un rato. Y he pensado: bueno lo arreglaré en semana santa… Pero semana santa ya ha pasado, carajo… Juro que el tiempo no tiene misericordia.

 

 

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Making on: plan Guadiana (=Vida de Hotel)

 

Estoy acostumbrada a escribir en plan Guadiana.

Los escaparates, los mercados, los críticos, los expertos, los analistas, los colegas, incluso los amigos y la familia no suelen valorar lo que dependen del plan Guadiana. Pero la vida es – para casi todos- más Guadiana que Danubio.  Aunque hagamos como que no: que sólo el Danubio es lo que cuenta y lo estupendo.

Bueno. Espero que – como Guadiana que soy- ahora toque crecida en los acuíferos y demás. Volvemos a Pop-pins. Retomando tema: ya me gustaría a mí hablar de sexo en Internet (lo anuncié hace un mes, ya, ¿alguien lo recuerda?). Seguramente no. Bueno. Pero todos estáis ya acostumbrados a interrupciones narrativas en las series de televisión (primera temporada, segunda temporada… y no pasa nada).

Iniciamos pues temporada, como si dijéramos.

En toda obra de un autor (sea como sea la obra y sea quien fuere -bueno o malo, famoso o no, inteligente o lerdo, etc o etc- el autor) pueden rastrearse sus propios invariantes que van guadianamente apareciendo. Creo que hay en el libro Las esquinas de la Luna un poema que está en armonía vibratoria con Pop-pins, y lo copio aquí. Con ello, lo dicho, nueva temporada, dentro de unos días. Repito: ya me gustaría a mí hablar de sexo en Internet.

Mientras tanto (ay, mientras tanto – que diría Lorca):

Vida de Hotel

Si fuera una película, diría que he pasado toda la vida encerrada en esa habitación de hotel y en una sola tarde, como si hubiera sido la misma procesión de veranos e inviernos golpeando sin pausa el terco filo de los acantilados del que cuelgo.

Las campanas de San Antonio sonaban sobre el mar de la isla de Ibiza. Yo contaba las olas bajo las influencias de Sartre, de Merleau-Ponty, de Cristo, de Marx. Sin pestañear. Aún no tenía tiempo acumulado y, antes de conocer a Heráclito, el mar ya me enseñó todo lo que debía saber. Por eso, desestimé después a Hegel, por tramposo: aún no tenía mi cuerpo formas de mujer y ya te habías ido.

He caminado hacia mí misma toda la larga tarde de este verano sin final a la vista. Lo que compré en los mercadillos y en las tiendas de moda ya no lo tengo. Coqueteé con la utopía de buen grado y también amé versos y a hombres que temían los desastres y que hablaban de más, hombres que no callaban ante el mar ni ante mi cuerpo. Comí versos si no había otra cosa. Como versos.

Oigo mis propios pasos acercándose a mí por el camino que conduce desde el acantilado hasta el hotel: Starway to Heaven, starway to, star, ojála que las constelaciones no tuvieran siempre etiquetas de ron y de ginebra, que no fueran mentira ni tan viejas, que fueran una cama y tu nombre y tus manos en esa habitación de la que nunca hasta hoy había salido.

Me he instalado en el faro, por fin. Por lo que haya de suceder. Ahora cuanto pienso puedo comprarlo en Internet, vale un click. Me he acostumbrado a no tener razón. Sin pestañear. Esta tarde no acabará nunca, ni el verano, ni el nivel del mar rebosará tanto como para que no respire el acantilado ni un poco la esperanza donde balancearse.

Y todavía me pregunto cómo he podido pasar toda la tarde sin un beso en los labios.

(nota: comenzado a escribir en San Antonio, Ibiza, el verano del año en que murió el dictador Franco)

Making on: arqueología del punto de vista

Proyecto Pop-pins ha sufrido muchas metamorfosis previas a esta su paulatina materialización. Transformaciones a priori de ser comunicado. Metamorfosis en mi cabeza, en las notas de los cuadernos (tengo anotaciones de índole diversa en cuatro cuadernos gordos de anillas, y siguen creciendo). Al Proyecto Pop-pins le ha dado tiempo -seguramente debido a la falta de tiempo, que siempre y con machaconería lamento-  a mutar bastante radicalmente en cuanto a su propósito, formato, instrumental de trabajo requerido, y algunas cosas más, seguramente.

Una de las últimas reformulaciones vino directamente motivada por el descubrimiento de la instalación Forats de Bala, llevada a cabo por el equipo de Arqueología del punto de vista a partir de la reinserción de fotografías realizadas por Agustí Centelles al estallar la Guerra Civil en Barcelona en los propios espacios urbanos actuales donde fueron tomadas en aquel pasado.

En palabras del propio equipo de Arqueología del punto de vista, «el objetivo de estas actividades es descubrir cómo la refotografía puede ayudarnos a concebir la Historia y a obtener una novedosa experiencia del lugar que nos envuelve».

La fotografía que ahora encabeza esta web de Proyecto Pop-pins (la barricada que se organizó en la Bretxa de Sant Pau, en el Paralelo, donde los anarquistas repelieron el avance de los sublevados dentro del barrio)  es precisamente una de estas refotografías llevadas a cabo por Arqueología del punto de vista, dentro de los itinerarios «Passejant Centelles»

(http://arqueologiadelpuntdevista.com/rutaswalks/passejant-centelles

La intencionalidad de la refotografía me pareció muy próxima a la forma en que yo quería construir la narración de Pop-pins. Y también me pareció que tenía mucho que ver con las experiencias hipnopómpicas.

Making on: coordenadas hoy

31 de marzo de 2013

Yo me las prometía muy felices estos cuatro días de, digamos, vacaciones. Los había previsto como días sólo de relativo descanso. Eso no me importa. Suele ocurrir. A menudo el hecho de poder escribir un rato con tranquilidad ya me resulta un regalo. Digo escribir y habría que extender el placer a la lectura «ociosa» prolongada (relativamente), o a algunas otras actividades que (me gusten o no) igualmente requieren mi atención.

Vacaciones bastante «fiascosas» han resultado, sin embargo,  estas de la semana santa de este año. Cuatro días. Los dos primeros (e incluso también el anterior a las vacaciones) enterrada bajo la migraña. Nulísima actividad. El tercer día, en el que yo también «resucité» un poco -siempre tengo esa sensación de retorno, después de pasar por la migraña-, se llenó de pequeñas actuaciones domésticas, familiares, amicales (necesarias y algunas muy gratas, por cierto). Llegamos a hoy. La mañana ha sido soleada y cálida. No pensar pues en sentarse a escribir, porque mis plantas han elevado su grito mudo en demanda de las atenciones precisas que la estación reclama y que ya no pueden ser postergadas. Era un buen momento. Las actuaciones de inicio de temporada son impostergables, ciertamente, porque los ciclos naturales son exigentes e inapelables. Sólo he llegado a atender a una parte de mi elenco «planteril». Pero algo es algo. Confío en más días soleados para continuar, a ratos (llevo la vida en ratos, qué le voy a hacer).

Bien, llegamos a la tarde del domingo.

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regresando desde Almansa, vía Alicante, por Teruel

Estoy muy agradecida a la buenísima acogida que los asistentes, el jueves pasado en la Casa de la Cultura de Almansa,  a la charla sobre Proyecto Pop-pins le dieron al mismo. Reconozco que en este sentido no tengo demasiada idea de las sensaciones que el Proyecto puede causar. Yo ya lo expliqué en Almansa: Proyecto Pop-pins no pretende ninguna novedad, ninguna ruptura; pretende aprovechar paradigmas establecidos e intentos ya aventurados en materia literaria, y aprovechar asimismo las posibilidades de la escritura electrónica. Y por supuesto contar una historia. No sabía muy bien cómo explicar de viva voz los distintos componentes que a mi entender me empujaron hasta Proyecto Pop-pins. Creo que no quedó del todo mal. Creo que conseguí en buena medida hacerme entender. Y eso ya es mucho, y lo agradezco sinceramente al público.

Ha sido una experiencia que quizás pueda repetirse en otros escenarios, mejorando los niveles de comunicación además sucesivamente.

Almansa es una ciudad muy querida, porque en ella viven y donde siempre que voy lo paso francamente bien. La gente que allí vive tiene mucho que ver con ésto, también. Y sus esfuerzos por la Cultura de calidad también. Este año es el 30 aniversario de la Universidad Popular. Así que enhorabuena desde aquí, y mucho ánimo. Son tiempos difíciles, ya lo sabeis, pero hay que seguir difundiendo y asentado el convencimiento de que la Cultura no es cosa de superventas ni de taquillazos. Es identidad, dignidad, formación. Todo eso lo hacéis muy bien.

Incorporo a este making on algunas imágenes, no de la charla, sino de dos momentos de días posteriores. El puerto de Alicante, donde Pop-pins se paseó un rato el sábado; y la nieve del sur de Aragón, más de cien kilómetros hoy sin dejar de ver paisaje nevado: A-23, regresando a casa.

Puerto de Alicante

 

Nieve en Teruel, A-23

NIEVE EN TERUEL, A-23

in memoriam

 

a sido imposible reservar un mínimo rato por la mañana para subir esta nota en el making-on de Pop-pins.

Quería contar que la semana pasada he estado bastantes horas en el hospital. Estuve acompañando a una persona mayor de mi familia. Es algo a lo que estoy absolutamente acostumbrada. He pasado horas y horas dentro del hospital con diferentes personas mayores de mi familia. Sobre todo con mi padre.  Con él fueron muchísimas a lo largo de mucho años. He vivido y vivo con mis mayores constantemente a su lado el regreso a la fragilidad, a la indefensión. Y me empeño, creo, en cierta forma, en defenderles.

También he dedicado bastantes horas a comprender el desarrollo de las vidas de estas personas, tan cercanas y tan desconocidas. No ha sido habitual comunicar mucho entre la gente de la generación de mis padres. Han narrado algunas pequeñas historias. Pero  he percibido siempre una tenaz resistencia a hilar unas cosas con otras, a contar en profundidad. En todos los mayores he visto asomar la incomodidad ante ciertas preguntas. También el dolor.  Han tenido vidas muy difíciles. Pienso que sienten bastante dolor, a veces también vergüenza. Igualmente he creído oler el rencor o al menos el resquemor amordazado.

Pop-pins viene en su remoto origen de la mano de todas estas sensaciones. También de la dedicación a la que me he visto obligada para  intentar desentrañar situaciones, razones, causas, consecuencias. Su silencio ha sido determinante en nuestras vidas, que vienen tras las suyas.

Durante el lento proceso de Pop-pins se han ido dos de “mis yayos” (así son conocidos en mi entorno). Se fue Consuelo, la madre de mi compañero y medio-madre mía, y se ha ido mi padre. Pop-pins está dedicada a su memoria y a mi sin-memoria, esa que ellos no quisieron o no pudieron convertir en memoria, por la que sigo preguntándome un montón de cosas. Supongo que continuaré.

Nuevos capítulos ya

Dos nuevos textos a partir de hoy en Pop-pins: La nieve y La Poppins (valga la redundancia). Como siempre, llaves de lectura también. Dentro de un ratito voy completando la banda sonora. Además, advierto de que en algún capítulo anterior (como El Prisionero) ya hay alguna corrección, fruto lógico de los ajustes que van surgiendo entre unos textos y otros. Esto es una novela en marcha, a la vista.

También voy a introducir algunos hiperenlaces. No muchos. Solamente algunos que me parecen, más que necesarios, ilustrativos, que ayudan a la historia, la amplían. Como un poco de ortopedia. Esos hiperenlaces están referidos a algunos términos dentro de los textos.

Nueva cabecera también:

 

Rayografía, de Man Ray
Rayografía, de Man Ray

 

Man Ray es citado varias veces en Pop-pins.

 

 

prospecto (cómo leer Pop-pins)

Aclaración antes de la explicación:

En estos momentos Proyecto Pop-pins está a punto de alcanzar el final de su desarrollo textual. Quiero decir que en estos momentos estamos en pleno proceso de edición y consecuente publicación del libro Territorio Pop-pins (Editorial Limbo Errante), que constituirá mi propuesta, como autora, de ordenación de los capítulos de Pop-pins . La de autora no deja de ser una opción más. Siempre he creído necesaria esta etapa final, porque de alguna manera servirá para contar al lector algunos de los elementos y mimbres que sólo yo he podido conocer mientras se llevaba a cabo la escritura ( la cual, como  sabéis, se ha dilatado en el tiempo).

En atención a la editorial, la web no incorporará (al menos por ahora) más capítulos. Es decir el libro contiene algunos capítulos más, entre ellos algunos de los que atan y desatan la trama. Me parece justo, puesto que la editorial arriesga con Territorio Pop-pins más que ninguno, más que la autora y más que los lectores.

Es una decisión personal, que no creo rebaje en absoluto la oferta lúdica, literaria y extra literaria, que ya contiene la web, Proyecto Pop-pins.

El libro verá la luz a lo largo del primer cuatrimestre de este año. Se avisará.

1. Composición:

Se trata de jugar con textos.

Las historias contadas con palabras, sin más, también han de tener su lugar (o no lugar)  en este espacio de espacios que es la nUBE. No todo puede ni podrá ser imagen y movimiento evidentes.El lenguaje es dinámico en sí mismo. El lenguaje es pensamiento.  El lenguaje escrito/hablado transporta en sí mismo las imágenes, es movimiento. No hay comunicación más ilimitada que las asociaciones que propone nuestra propia mente.  Juguemos con ello un poco. Porque incluso para el receptor ( y exceptuado el supERmundo del videojuego) pocos territorios hay como la narración escrita  para interactuar activamente, sobre todo si colocamos la narración en las coordenadas cortazianas de Rayuela: cada lectura es una nueva historia, cada ordenación nueva de una nueva lectura profundiza en la historia y la cambia, la transforma, las mismas palabras vibran y alteran no sólo su apariencia, en ocasiones también su naturaleza. Los demás elementos (sonido, imágenes, navegación fuera del texto)  aparecerán al servicio del texto, o en todo caso constituyen una propuesta especular de las relaciones y connotaciones que toda lectura implica. Ninguna lectura es blanca ni se formaliza ex nihilo.

——————————-

2. Modo de empleo:

El orden de los factores siempre altera el producto.

En la línea superior de la cabecera de esta pantalla veis las fórmulas propuestas para ello: cada una de estas opciones conduce a los diferentes capítulos de Pop-pins a través de distintas llaves.

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Luces de la ciudad

09:45 h

 

La cola de gente que parte desde las taquillas del Teatro Circo desciende San Miguel abajo, sobrepasando Blancas. Estrenan Luces de la ciudad. Es 27 de abril, lunes. También será lunes el 27 de abril de 1959, el día de mi nacimiento. Me empeño en no mezclarme demasiado con los acontecimientos que son de otros y a los que asisto mientras duran los procesos hipnopómpicos. Me esfuerzo en no parecer excesivamente un personaje de novela. Pero hay convergencias en el tiempo. Hay puntos de conexión, ondas en los espejos y en algunas corrientes de aire. Helia Álvarez nace el 27 abril de 1959. Aunque entonces no fuera Helia, sí era yo. Albertina lleva un fular con los colores de la bandera republicana mientras espera en la fila del Teatro Circo el 27 de abril de 1931. La bandera lo es oficialmente de España desde ese mismo día, decreto en la Gaceta mediante. Se han confeccionado y vendido en los días anteriores muchos fulares iguales al de Albertina, fulares tricolores. Las combinaciones tricolores siempre fueron revolucionarias. Está en la naturaleza asimétrica del tres. Esto es una tontería que se me ocurre (mezclar la revolución con la naturaleza de lo trino), pero es que la fila del Teatro Circo no avanza y algo he de pensar. También pienso que pasaron menos años entre 1931 y 1959 que entre 1975 y 2012. Y sé bien por qué digo lo de la menor cantidad de tiempo transcurrido. 1931, el año de la Revolución y 1959, cuando yo nazco, se parecen humanamente más entre sí que 1975, el año en que Franco murió en su cama de hospital, y 2012, cuando escribo.  Hay que tener en cuenta que he recorrido, de una forma (hipnopómpicamente) u otra forma (convencionalmente, digamos, día a día) ambos segmentos temporales. Que incluso como ahora, aburrida en la fila que no avanza nada del Teatro Circo, para entrar al estreno de Luces de la Ciudad, aúno en mí los dos transcursos, protagonista que soy y espectadora profundamente implicada, en un mismo perfil que cambia y muta. Según. Albertina sigue también en la fila del Teatro Circo esperando para entrar a ver Luces de la ciudad, con su fular tricolor al cuello, y sigue ahí, mirando intensamente al anarquista León Ponce, su compañero, y lo mira precisamente porque yo sé que estaba allí mirándolo. Ahora mismo la veo. No estoy loca. Puedo ser hipnopómpica, pero no estoy loca (al menos no todavía). La historia son ondas en continuo flujo. Hoy sé que no fue justo para la gente de mi generación tener que retroceder tanto para coger impulso en nuestras vidas. Hablo de nuestros años de la adolescencia en la década de los setenta del siglo XX. Retroceder en mi caso hasta la misma puerta del Teatro Circo el 27 de abril de 1931. Nadie lo haría ya. Hoy ya no. Yo no podría hacerlo ya, Albertina, no podría ser tan generosa. Por eso entiendo ahora (y no antes) tu elección. 1975 y los años siguientes parían corazones como Eras en cada concierto y mucha gente crédula, todavía. Entonces uno, un individuo quiero decir, una persona, nunca terminaba en sí mismo, y comprender hacia fuera era un acto y una actitud fundamentales. Ya no, hoy en día ya no. No cultivo nostalgias. Simplemente han cambiado las cosas y los términos de las cosas que hacen que uno se sienta bien.

Estoy en la fila del Teatro Circo o no, depende de mi pensamiento. Depende de la sensibilidad. En la gran entrada del Teatro Circo, que sin embargo es un cine, el cartel de la película con el busto extraño de Chaplin (hongo y clavel no combinan), su gesto forzado y tenso entre la devoción y la vergüenza, también seguramente de fastidio por tener que soportar las impertinencias de la novata Virgina Cherrill. El cartel no produce ternura (lo pego, pin-neo en Pinterest para que pueda comprobar, lector, esto que digo, pero por si acaso desaparece dentro del puzzle del panel Proyecto Pop-pins de Pinterest, puede también ver ese cartel maligno en esta url:

http://www.cartelespeliculas.com/galeria/albums/032/23p115752032.jpg,

confío en que siga vigente cuando usted decida acceder, pero nunca se sabe, así es Internet).

La verdad es que siempre hemos ejercido la escritura y desarrollado el lenguaje pegando imágenes de una u otra forma. Pienso que decimos de una u otra forma como diciendo de cualquier manera. Y sin embargo, la forma en que hagamos algo es determinante respecto a lo que hagamos. También cuando construimos nuestras referencias y cuando nuestras referencias aparecen aquí y allá en nuestros textos. Y no  porque alguien pueda llamarnos imitadores o plagiadores: este es un concepto muy simple, absolutamente mercantil. No es un término de pensamiento, ni ético tampoco. Imitar nunca fue malo, tomar modelos y repronunciarlos fue práctica común, e incluso exigida, antes de que todo lo inundara el valor de uso del mercado, que necesita la originalidad y su deterioro posterior para justificar el valor de compra-venta.

A Albertina el cartel de Charlot tampoco le produce ternura. Más bien le causa desconfianza. Es de naturaleza distanciada Albertina. Sabe que lo excepcional requiere demasiada energía y que esta se gasta pronto. León Ponce le pasa el brazo sobre los hombros. Es un ademán protector, también confiado, también libre. Estoy junto a ellos. León Ponce no me verá nunca. Albertina me vio desde el primer momento y me sonríe sin que se le note, cómplice. Todo esto que ocurre, le dice a Léon, parece una película. Hace días que la gente está en la calle a todas horas, en los cafés, en los locales de las organizaciones. Reunidos siempre. Juntos a todas horas. Demasiada energía sin control, piensa Albertina, aunque no sabe de dónde le viene semejante reparo, ni por qué piensa en la energía. La jornada de proclamación de la República anduvo con León y los demás compañeros de aquí para allá por la ciudad. Todos estaban contentos y bastante  histéricos, muy nerviosos. Muchos querían ya acabar con la República recién proclamada e implantar la utopía asamblearia. Cuánta prisa, pensó Albertina, mientras el cenetista León le entregaba a Venancio Sarría, socialista,  la bandera republicana que este izó en lo alto de la Delegación del Gobierno, pasadas ya las diez de la noche. Luego León Ponce le había propuesto que se fueran a vivir juntos. León decía que todos tenían la obligación de acelerar ahora la historia para recuperar tanto tiempo perdido. Albertina amaba el entusiasmo de León. Pero le hubiera gustado casarse, una pequeña ceremonia civil sin más. No lo dijo. Nunca. A nadie. Le hubiera gustado que, por lo menos, León le hubiera propuesto lo de vivir juntos unas horas antes, después de hacer  el amor en su pensión. Pero no lo dijo. La veo un poco triste y algo cansada. Pienso que las mujeres siempre dudamos, y también pienso que el gesto de Charlot en el cartel le da repelús.

 

Matrix

what is truth —-  Capítulo en «Territorio Po-Pins», libro

El séptimo sello

Sobre ganarle tiempo a la muerte (más o menos) va el capítulo «What is truth» — Escuha el diálogo entre el Caballero y la Muerte y luego lee el capítulo  en el libro «Territorio Pop-pins» ( a partir del finales de febrero 2017 en librerías)

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