Iniciado (siempre a contracorriente: esta vez,  nuevo episodio de urgencia materno-médica) el nuevo capítulo. La nieve. Siempre que nieva, nieva en 1962. Porque cualquier nevada se mide con aquélla de los inicios de la propia vida (en mi caso). La importancia de este capítulo es pues sobre todo simbólica (creo).

También creo que nunca he visto nevar sobre el mar, aunque nací a orillas del mar. Eso me disgusta. Siempre nieva dentro del balde de cinc en el que nos bañaban de niños. No es fácil (tampoco usual) hablar en una novela del balde de cinc.

————– Resulta que las noticias sobre la Gran Nevada de 1962 en Barcelona han ido aumentando en la red. Cuando empecé a buscar información no encontraba demasiadas cosas: algunas fotos, alguna noticia de La Vanguardia (mi debilidad por este periódico no sólo se debe a que practica un periodismo bastante serio -no entro en cuestiones ideológicas-, y especialmente a que hace una muy buena información cultural, sino evidentemente se debe también a que es el periódico de mi infancia) …  Sin embargo, (la Gran Nevada, hablo de ella de nuevo), ahora ya hay bastantes cosas, vídeos incluidos. Y uno de estos vídeos me ha disgustado especialmente:  porque es un reportaje de la época que utiliza la nevada para hacer propaganda de los logros económicos de la dictadura.  Qué triste. Me fastidia. (http://www.dailymotion.com/video/xaz6o2_1-parte-video-historico-de-la-neva_lifestyle). Casi prefiero este otro http://www.youtube.com/watch?v=WtZcWQYiFKo