En los últimos tiempos a menudo me veo más capaz de proyectar un rascacielos que de escribir una novela.

Claro que, sé lo que cuesta escribir una novela. Sólo lo he hecho una vez (de manera muy duradera, por lo de siempre: tareas versus trabajo literario). Pero ya puedo calibrar: soy perspicaz.

Evidentemente, sólo imagino lo que cuesta proyectar un rascacielos.

 

Y aun así, me parece más fácil hacer cálculos para el rascacielos que para esta Pop-pins,

¡leche!

aunque fuera el rascacielos más alto del mundo: el MAS —-> luisamiñana.blog